¡Dime querido cuervo qué de malo tengo yo! ¡Explícame qué tan mal lo he hecho! En esta vida me entregue a tus misterios, fui cómplice de tus caprichos y te deje gobernar sobre mis acciones, bebiste de mi sangre y comiste de mis ojos. Respete cada uno de tus secretos, te di libertad absoluta ¿Entonces qué hice mal esta vez? ¿Soy a caso en ese espejo una silueta vacía, un libro que se cierra, una manija de reloj atorada en el tiempo? Querido cuervo, yo siento que a pesar de todo pierdo, ¿me extrañarás? Y ahora que lo pienso, nunca seré suficiente, tú siempre vas a querer volar lejos de mí.
Yo sí voy a extrañarte, y voy a recordarte cada noche hasta que el amanecer petrifique mis sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario